¡Quedé embarazada de 9 BEBÉS al mismo tiempo, y así los di a luz!

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Hola, me llamo Lacsmi, les contaré sobre cómo quedé embarazada de 9 bebés al mismo tiempo, luego les di a luz y empecé a ser su mamá. Y sobre cómo fue de difícil criar a todos estos niños.

Vivo en una aldea, casi abandonada, a unos kilómetros de una ciudad mediana. Mi familia era pobre al igual que los demás campesinos. La casa vio mejores tiempos. Cada año teníamos que reparar el techo para evitar que los aguaceros nos dañaran el piso de barro dentro de la casa y el agua mojara las camas. En esos días trabajábamos muy duro. Mi padre traía el barro del río, lo ponía a las varas que servían como armazón para el techo.
Para construir las paredes usábamos el popó de las vaquitas. Solíamos lavar los platos en el río, allí fue donde encontré a mi futuro esposo. Su familia llegó a nuestra aldea y se quedó a vivir al lado de nuestra casa. Nuestros papás se hicieron amigos y decidieron que teníamos que casarnos sin entrar en muchos gastos.

Empecé a vivir con mi joven y amado esposo en un cambuche abandonado. Hicimos una pequeña remodelación, suficiente para protegernos de la lluvia y del viento. No puedo decir nada malo de mi hombre, trabajaba muy duro, transportaba gente en su bicicleta, le pagaban muy poco. Él soñaba con comprar un carrito con motor para ganar el doble de dinero para nosotros. Para alcanzar su sueño tuvimos que ahorrar mucho, aunque nuestro presupuesto ya era de pobres.

Así pasaron unos años, no tuvimos ningún hijo. Vi que mi esposo y sus padres estaban muy tristes, yo también quise tener un bebé a quien amar. Un día hablé con las mujeres y entendí que tenía que ir a la aldea vecina donde vive una vieja bruja. Ella ya ayudó a muchas personas infértiles. En mi primera visita me dio unas hierbas y la instrucción de cómo tenía que usarlas. Seguí todas las recomendaciones, pero no me ayudó absolutamente para nada. La bruja me dijo que estoy maldecida y que eso no se soluciona solo con hierbas. Debía ir a la otra bruja, una amiga suya, que sabe cómo quitar las maldiciones Fui donde esta abuelita que me acostó en una banca, puso un jabón sobre mi barriga y empezó a ponerme encima agua caliente. En un par de semanas de tratamiento empecé a sentir unos cambios dentro de mí. Después de dos meses me enteré que estaba embarazada.

Toda la familia estaba muy feliz al saber eso. Tan solo unos meses después y ya casi no podía ni moverme. Mi barriga creció enormemente, quedó claro que estaba embarazada con más de un bebé. Estábamos esperando a dos niños, pero no tuvimos la oportunidad hacer ninguna ecografía. Todos los vecinos estuvieron impactados por mi barrigota. Mi padre fue a la bruja que me trataba y ella le dijo que yo tenía algo malo en mi vientre. Mi padre peleó conmigo y dejé de hablar con él por mucho tiempo. A veces también me parecía que dentro de mi había una pelea. Cómo si un pulpo estuviera dentro de mi panza y me golpeara fuerte con todos sus tentáculos. A la calle salía en una silla de ruedas. Ya tenía dudas si tenía un embarazo normal, pero decidimos aceptar cualquier golpe del destino.

Todo comenzó en una noche. Sentí el dolor terrible en la espalda, luego en la parte baja del vientre. No pude aguantarlo, empecé a gritar, y eso despertó a mis papás. Llegaron asustados inmediatamente. Y en unos minutos llegó una vieja vecina que nos tuvo que ayudar con el proceso del parto. Pasaron tan solo 40 minutos y nuestro cambuche se llenó con gritos de bebés. La viejita estaba sorprendida, pero yo no entendía por qué. Cuando se me fue el dolor, empecé a sentirme mejor y escuché a mi madre contando a los bebés: ¡Nueve! ¡Eso es increíble! Mi esposo observaba la cama con los niños y sin poder moverse repetía: “¡Oh, dios mío, dios mío, dios mío! ¡Cinco niños de una vez!”

Toda la aldea nos ayudó con la leche y otras cosas. Mi propia leche no alcanzaba para todos, solo para las niñas que pesaron un kilo cada una. Toda las casa estaba llena de llantos de bebés, moríamos del cansancio. Durante el día nos ayudaron mucho nuestros familiares y vecinos. Estamos supremamente agradecidos por eso. No lo hubiéramos superado nosotros solos.

Nuestros hijos ya cumplieron un año y ya casi todos aprendieron a caminar. A los hijos de los vecinos les gusta jugar con ellos. De vez en cuando a nuestra casa nos visitan los periodistas para grabar una entrevista sobre nuestro caso, pero siempre nos negábamos, no buscábamos ser famosos.. Por supuesto, somos una familia feliz, aunque a mi esposo le toca ir a trabajar a China, porque alimentar a tantas personas solamente con su bicicleta es imposible. Para ser honesta les digo que adoramos a nuestros niños, pero no queremos tener ni uno más, con 9 ya es más que suficiente.

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